jueves, 3 de diciembre de 2009

Carta: A la operadora francesa



"Buenos días, mi nombre es Deman. ¡¿Podría hablar con la operadora francesa?!"

Sé quién eres cuando cojo el teléfono y no hace falta ni que te presentes.
Eres la única persona con acento frances que me llama al trabajo.

Es probable que no me llames todos los días, pero sí todas las semanas.
Llevo tanto tiempo cogiéndote el teléfono que ya me atrevo a tutearte, espero que no te moleste.

Sin embargo, tengo que decirte que, a estas alturas, todavía no sé por qué motivo me llamas tan a menudo.
Me llamas, preguntas por el "encargado", te digo que no está. Me preguntas cuándo puedes localizarle y te digo que no tiene horario fijo.
"Ok, llamaggué más taggde".

Debes de ser la mujer más paciente que hay detrás de un teléfono!

Ahora que te escribo, tengo que confesarte algo:
El encargado no estuvo enfermo hace tres semanas,
el encargado no estuvo de viaje hace dos semanas,
el encargado no acababa de marcharse justo antes de que llamaras ayer.
El encargado no va a estar nunca cuando tú llames,
¿todavía no lo entiendes?

Oh! Acabas de llamarme mientras te escribía!
Me acabas de recordar que te llamas Sonia.
Has vuelto a preguntar por el encargado (pero si ayer también me llamaste!).
Pero esta vez, me he armado de valor y he conseguido cambiar la conversación.
Por fin me has dicho para qué llamas:
"Cggeassión de paginás web".

¿Por qué no me lo habías dicho antes?
¡Te hubiera dicho que ya tenemos página web
y no tendrías que haber llamado toooooooooodos los días!

Es igual, creo que, como no has hablado con el encargado,
seguirás llamando hasta que una voz varonil te diga
"no, gracias".

Voy a tener que ir ensayando...

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