Anoche tenía cita con el gimnasio.
Como os conté, no podía ir a la piscina si no quería tener la compañía de un halo rojo en todo momento (por el tinte del pelo, eh?)...
Así que tuve que decidir qué hacía.
¿Clase dirigida? No, sería de una hora por lo menos y yo prefería algo más rápido.
¡Lo tenía! ¿Qué forma había de incentivarme para hacer ejercicio?
Sí... no os equivocáis...
Me llevé el libro y me subí sobre una bici durante casi 40 minutos sin casi darme cuenta.
Estaba absorta y el tiempo me pasó sin darme cuenta.
Corrí a la ducha y cuando salí, ya estaba M. esperándome.
Bromeó preguntando si había estado leyendo bajo la ducha...
Cenamos y volví a concentrarme en la historia, que había dado un giro peligroso y estaba deseosa de más.
Lo dejé en la 396...
Ya he pedido "Luna nueva" para mañana...
Ayyy! yo me leí los cuatro de un tirón este verano!!
ResponderEliminarUn beso!
www.bethfevrier.com
Neni, te iba a decir que lo del halo rojo se arregla con un tampax, pero ya capto que es por el pelo (estoy fatal, pero es que me he bebido un vasito de cava en el trabajo y las letras del pc se mueven jajaja)
ResponderEliminarBeth Février... yo estoy de un enganchado que no es normal! Hoy todavía no he podido coger el libro y estoy hasta de mal humor... porque sé que hasta mañana no podré continuar la historia! jejeje
ResponderEliminarBeth, me he dado cuenta de que mi comentario sobre el halo rojo ha sido un poco desafortunado... pero no encontraba una forma mejor de decirlo! jejje!