Carta al Dios Ra

Hoy, en su oficina

Excelentísimo Dios Ra:

Desde que fijamos nuestro día de blanco en junio, estuve convencida de que llegaría el día y podría lucir un bonito bronceado, fruto de un buen trabajo suyo y un buen hábito mio. Estaba convencida de que juntos podríamos hacer un gran equipo.

Pero parece ser que usted también se ha adaptado a un horario de trabajo comercial y se ha dejado ver por su puesto raras veces en fin de semana (que es cuando yo podría reunirme con usted).

Y debo decirle que en la última semana, en concreto, no se ha presentado usted ningún día, y si lo ha hecho ha sido sin respetar sus horarios de trabajo, al menos no el de entrada.

Le informo que debido a su informalidad, he tenido que buscarle un sustituto para las funciones que más me urgían, y que hemos empezado a trabajar juntos esta semana. Su "baja" está haciendo que tengamos que aumentar el gasto en nóminas y con los tiempos que corren no es lo que más nos conviene pero... no nos ha dejado otra opción.

Le agradecería que hiciera acto de presencia mañana y cumpliera con sus funciones al menos hasta el domingo para intentar compensar las horas perdidas.

Reciba un cordial saludo:

Deman

La novia más blanca de la historia.